He aquí la solución a mi problema bloguil.
Con
Patomaster podré leer todos los blogs que siempre quise leer, y mantenerme despierto para agregar los contenidos más ilustres a mis propios blogs, como éste post que se torna elemento representativo de mi promesa.
Gracias a
Patomaster ya no tendré que elegir entre leer, ver esa película que me emprestaron en DVD (y reinarás) o lanzarme a la búsqueda del amor por las sendas (y atajos) que surcan la piel de esa señorita que espera que yo me despegue del videojueguito al que le batí el record mientras piensa "¿a esto le llamás una noche inolvidable?"
¡¡Gracias,
Patomaster!!